Toreros de Munera (VII). Los años noventa y el nuevo siglo

Graciano Jiménez Moreno

         En los últimos lustros del siglo XX se celebraron en la plaza de toros de Munera, aparte de otros festejos mayores, diversas becerradas en las que numerosos aficionados tuvieron la oportunidad de saborear la práctica del toreo participando como espadas, banderilleros o, incluso, mostrando sus habilidades y capacidades para el toreo cómico. En la celebración y organización de estos festejos desempeñó una labor fundamental la peña taurina local Palmas y Pitos, que venía mostrando una notable actividad desde su creación en 1981

          En los carteles que anunciaban la becerrada del 24 de septiembre de 1989 figuraban como matadores los nombres de Vicente Barrera y de Juan Daniel Martínez. La participación de Vicente Barrera en esta becerrada despertó bastante interés al tratarse del nieto del gran torero valenciano de igual nombre, además de que su familia seguía manteniendo una estrecha relación con Munera. Fue su primera actuación en público en una plaza de toros, la misma que volvería a pisar en la becerrada de la feria del año siguiente. Luego, Vicente Barrera Simó continuaría con una brillantísima carrera que le llevaría a convertirse en una figura del toreo con importantes triunfos en plazas españolas y americanas. Además de su participación en las becerradas de los años 1989 y 1990, Barrera sumó, ya en calidad de matador de toros, otros seis paseíllos en la plaza de toros de Munera. Exactamente veintidós años después de su presentación en público, el maestro valenciano ponía fin a su carrera profesional en la corrida de toros celebrada en Munera el 24 de septiembre de 2011. No obstante, de manera puntual volvería Barrera a vestirse de luces el 30 de noviembre de 2014 en la localidad valenciana de Foyos. Los munereños siempre han tratado con especial cariño a Vicente Barrera, considerándolo como un torero local; prueba de ello es la calle que lleva su nombre en Munera y la designación como pregonero de la feria del año 2009. Tal circunstancia nos obliga a dedicarle un próximo capítulo de esta serie sobre los toreros de Munera.


Vicente Barrera entrevistado por el munereño Emilio Solana. Munera, 23 de septiembre de 1998

          Juan Daniel Martínez también venía de tierras valencianas donde residía entonces con su familia. De padres munereños, Juan Daniel había nacido en Wiesbaden (Alemania) y, ya en tierras levantinas, fue su padre, Daniel, novillero en los años sesenta, quien le enseñó los fundamentos del arte del toreo. Después cuando el profesor transmitió a su hijo los conocimientos que había adquirido en su etapa de torero, el joven alumno pasó a la escuela taurina de la capital valenciana. Juan Daniel volvería al coso munerense en 1991 para participar en una becerrada y, ya vestido de luces, en las ferias de 1992 y 1993 en sendas novilladas sin picadores.

El novillero Juan Daniel Martínez con la joven banda de música de Munera, el presidente del festejo y aficionados. Munera 24 de septiembre de 1992

        Un hecho relevante del año 1990 en el ámbito del toreo munerense es el paso al escalafón de plata de Valentín Arenas. Desde entonces este torero munereño ha actuado como banderillero formando parte de las cuadrillas de varias figuras del toreo, matadores de toros y novilleros. Valentín decidió poner fin a su carrera profesional el 24 de septiembre de 2015 actuando a las órdenes del matador de toros y paisano José María Arenas, precisamente en la plaza de toros de su pueblo, Munera. Como ya se dijo en un capítulo anterior, dedicaremos el próximo a recordar la extensa y brillantísima trayectoria de este torero, que ha llegado a realizar el paseíllo en más de un millar de ocasiones a lo largo de veinticinco años de actividad profesional.

Valentín Arenas en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla

          Otro joven torero con ascendencia directa munereña que surge en los últimos años del siglo pasado es Antonio Pérez el Renco. Había nacido en Elda (Alicante) el 5 de abril de 1976 y es hijo de la munereña Ramona Rueda. Su padre Antonio Pérez, eldense, había probado suerte inicialmente como novillero sin caballos y continuó después como rejoneador anunciándose como el Renco. Precisamente, el primogenitor llegó a actuar como caballista en la plaza de toros de Munera el 23 de septiembre de 1980. El Renco, hijo, hizo su primer paseíllo en Munera el 24 de agosto de 1992, en una novillada sin picadores de promoción de escuelas taurinas, cortando las dos orejas al novillo que le correspondió. Además de llevar sangre munereña, el Renco ha escrito una parte de su historial taurino en la plaza de toros de Munera, habiendo llegado a actuar en este coso como novillero sin caballos en 1992 y 1993, como novillero con picadores en los años 1994, 1996 y 1998, y como matador de toros en 2000 y 2005 (dos tardes); en la feria de 2001 también estuvo anunciado pero la corrida fue suspendida por lluvia. De sus múltiples actuaciones en Munera podemos recordar parte de la crónica que Segundo Carrizo escribió para los lectores del boletín informativo Ecos la tarde que el Renco actuó por última vez en este coso, el 24 de septiembre de 2005.

El Renco, torero con raíces en Munera, fue el protagonista de la faena con más enjundia de la tarde, el tercer toro que saltó al ruedo lo recibió con unas verónicas de bella factura destacando un quite por chicuelinas y rematando con una media de alto nivel, lo realizado con la muleta fue también importante, toreó por los dos pitones en el centro de la plaza a un buen toro (el mejor del encierro), faena animosa llegando mucho al público que casi llenaba los tendidos, el torero alicantino mató de una estocada arriba, cortando las dos orejas.

Antonio Pérez "El Renco" con el exnovillero munerense José Sánchez "Cortijo" (derecha) y el aficionado Emilio Solana (izquierda). Munera, 23 de septiembre de 1995

          Antonio Pérez el Renco tomó la alternativa en Alicante el 24 de junio de 1999 de manos de José María Manzanares en presencia de Juan Antonio Ruiz Espartaco. Esa tarde el alicantino salió por la puerta grande después de cortar una oreja a cada uno de sus toros. La confirmación en Madrid tuvo lugar el 9 de junio del año siguiente con Manolo Sánchez de padrino y Canales Rivera de testigo, consiguiendo palmas y una oreja esa tarde. La extensa carrera del Renco incluye actuaciones en las plazas más importantes de la geografía española (Madrid en numerosas ocasiones, Alicante, Valencia, Barcelona, Pamplona...) y en varias francesas y americanas.

          Eugenio Pérez Rueda, hermano de Antonio y también matador de toros, no llegó a estar anunciado en Munera a lo largo de su carrera taurina. Eugenio, nacido en Elda en 1985, tomó la alternativa en 2008, el día de San Juan y en Alicante, como lo había hecho su hermano 9 años antes, con El Juli y José María Manzanares como padrino y testigo, respectivamente.

          También en el campo del rejoneo figura un torero a caballo de origen munereño en los años de transición entre los siglos XX y XXI, periodo que ahora nos ocupa; se trata de Arturo Cerro Flores, hijo de la munereña Elena Flores. Estuvo anunciado para actuar en la feria de Munera de 2005 (en el cartel figuraba erróneamente con el apellido Ferro) pero no llegó a hacer el paseíllo, ocupando su lugar el también rejoneador Pedro Hernández Triviño el Cartagenero. Arturo Cerro nació en Albacete el 1 de abril de 1975. Su debut tuvo lugar en la localidad albaceteña de Navas de Jorquera el 14 de marzo de 1994. Recibió la alternativa el 11 de abril de 2004 en La Roda (Albacete) siendo apadrinado por Pablo Hermoso de Mendoza con Fermín Bohórquez como testigo, y obteniendo dos orejas esa tarde. Arturo Flores consta como el primer caballero albacetense en recibir la alternativa como rejoneador.

El rejoneador Arturo Cerro Flores

          En la feria de Munera de 1995, el 22 de septiembre, otro joven munereño se viste de corto para lidiar y estoquear un novillo en un festejo menor acompañado por otros cuatro espadas noveles. Se trata de Gregorio de Lamo Morcillo, que en los carteles usaba el apellido de su abuela y se anunciaba como Gregorio Escudero Munerilla. Esa tarde era la primera vez que se ponía delante de un becerro, del que obtuvo como premio a su labor las dos orejas y el rabo. Gregorio, que desde hacía unos meses era alumno de la Escuela de Tauromaquia de Albacete, vestiría por primera vez el traje de luces también como becerrista, el 9 de junio del año siguiente en la cercana localidad de Ossa de Montiel.

          Ese año de 1996 volvió el torero munereño al coso de su pueblo natal en la novillada sin picadores del día 21 de septiembre, pero esta vez vestido con el traje de alamares por lo que Gregorio tuvo que hacer destocado, montera en mano, su segundo paseíllo en Munera. Antes de comenzar el festejo se anunció por megafonía un cambio en el orden de lidia; Gregorio Escudero actuaría en primer lugar para facilitar su posterior desplazamiento a Elda (Alicante), donde esa misma tarde debía cumplir otro compromiso. Gregorio llevaba un par de meses como alumno de la escuela taurina de Tarazona de la Mancha que entonces dirigía el matador de toros  Antonio Rojas. El munereño estuvo valiente y variado con su novillo, al que recibió con el capote en el tercio con una larga de rodillas. Después de brindar al público inició la faena de muleta con pases por alto a los que siguieron series con la derecha, naturales rematados con el pase de pecho y molinetes de rodillas. Rubricó su actuación con una estocada entera, arriba, que le costó una voltereta tras la que dio una triunfal vuelta al ruedo con las dos orejas de su oponente.

Gregorio de Lamo Morcillo (Gregorio Escudero "Munerilla")

          Gregorio volvería a figurar en los carteles de la feria de Munera del año siguiente, en la novillada sin picadores del 22 de septiembre de 1997, en la que sería la última vez que pisó el albero munerense. La participación del torero local animó ese día a sus paisanos a acudir a la plaza e hizo que se registrara una magnífica entrada. Como dato curioso y ciertamente irregular de la tarde cabe señalar que esa tarde los cinco espadas hicieron el paseíllo seguidos de tan solo cuatro banderilleros y de las tradicionales mulillas. Además, durante la lidia intervinieron otros banderilleros vestidos de corto que no habían desfilado y se permitió dar unos lances al entonces joven torerillo albaceteño Javier Perea, también perfectamente vestido de corto, que se encontraba en el callejón. Munerilla puso de manifiesto sus progresos ante el magnífico novillo que le correspondió. Realizó una faena completa, por los dos pitones, especialmente espléndido izquierdo, con muletazos templados y con la mano baja. Su variado toreo, en el que incluyó cambios de mano, afarolados, manoletinas y pases de rodillas no tuvo la rúbrica deseada a la hora de matar, lo que le impidió cortar trofeos. El torero dio una merecida y clamorosa vuelta al ruedo, que supondría además el punto final a su trayectoria taurina.

          Cuando Gregorio se anunció en este festejo ya había decidido que esa tarde, ante sus paisanos, haría su último paseíllo. Tenía muy claro que después del servicio militar había que optar entre el incierto camino del toreo y el otro, más seguro, de un empleo estable. En su corta etapa de becerrista y novillero había actuado en plazas albaceteñas como Ossa de Montiel, Barrax, Chinchilla, Tarazona de la Mancha o Minaya; también en las conquenses de Campillo de Altobuey y Ledaña y, en la provincia de Alicante en Benidorm, Elda y Sax. En un festival celebrado en la vecina localidad de El Bonillo llegó a indultar un ejemplar de Sonia González, eso sí, después de que el maestro Dámaso comunicara al torero que se haría cargo de la posible sanción por no entrar a matar.

          No podía cerrarse esta relación de toreros munerenses de mejor manera que con un matador de toros: José María Arenas, primer torero con alternativa en la historia local. Tras sus inicios como alumno de la Escuela de Tauromaquia de Albacete y después de una exitosa etapa como novillero, José María tomó la alternativa el 17 de abril de 2011 en Munera. Su brillante trayectoria taurina nos obligará a dedicar más de un capítulo para plasmar la carrera de este munereño, nacido en la capital albaceteña, que ocupa el lugar más alto en la historia taurina de Munera.

José María Arenas recibiendo la alternativa de manos de Francisco Rivera Ordóñez. Munera, 17 de abril de 2011


 



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