Toreros de Munera (XI): José María Arenas (tercera parte)

Graciano Jiménez Moreno

José María Arenas, matador de toros

(Extraído de la obra Historia Taurina de Munera, del mismo autor)

 

            Habían pasado ya diez años desde que José María llegó a la Escuela de Tauromaquia de Albacete. Fueron años de duro aprendizaje en los que había tomado parte en un centenar y medio de festejos y había pisado plazas de toros de todas las categorías saliendo triunfal en la mayoría de las ocasiones.

            Sus mentores piensan que ha llegado el momento de tomar la alternativa. El día fijado para el acontecimiento: 17 de abril de 2011 (Domingo de Resurrección); la plaza de toros: Munera; el padrino: Francisco Rivera Ordóñez «Paquirri»; el testigo: David Fandila «el Fandi»; la ganadería: Zalduendo.


La alternativa. Munera 17 de abril de 2011. / Foto: Basi

         La alternativa es un sueño. Ves que la vas a tomar donde tú has soñado, en tu pueblo, con tu gente y con dos figuras del toreo. Fue una tarde inolvidable.

            Sin embargo una profunda pena embarga al torero. Su abuelo Juan Antonio, que tanta ilusión tenía por ver a su nieto convertirse en matador de toros, está pasando unos momentos complicados a causa de su delicado estado de salud y no podrá asistir al festejo.

            —En el toro mi ilusión siempre ha sido mi abuelo; me metió él y siempre ha estado él. Me queda la satisfacción de que él sabía que su nieto iba a tomar la alternativa. Por lo menos puede enseñarle el vestido para ese día. Mi abuelo mejoró bastante y cuando toreé en la feria de Munera de ese año ya pudo ir a verme y le brindé un toro. Este brindis ha sido para mí uno de los más importantes de mi carrera.

Cartel de la corrida de toros de la alternativa de José María Arenas

            La alternativa de José María Arenas supone un hito en la historia taurina de Munera al convertirse en el primer torero de la localidad –y único  hasta la fecha– que alcanza la condición de matador de toros. En el segundo volumen de la obra Historia taurina de Munera se informa extensamente de la histórica corrida y se reproducen las crónicas publicadas por varios medios de comunicación. No podía faltar en el boletín informativo ECOS, editado por el Ayuntamiento de Munera, la referencia a un evento taurino tan relevante. Con el título «José María Arenas, una alternativa para el recuerdo», el munerense Javier Blázquez Víllora plasmó así lo acaecido en el festejo:


            José María Arenas García, José María Arenas en los carteles. Pero no quería comenzar sin hacer referencia a su segundo apellido, porque su madre se lo merece.

Y sí, llego el día, diecisiete de abril de dos mil once, una fecha que para muchos munereños va a marcar un antes y un después, por tratarse del día en el que en este pueblo de arraigada tradición taurina uno de los suyos iba a convertirse en el primer matador de toros de la historia. Sobre todo en los aficionados al toreo y en especial en un paisano nuestro que a sus veintiún años se doctoraba en tauromaquia, como bien decía un reconocido periodista taurino en su programa de radio en la madrugada del día siguiente, “ahora es doctor en tauromaquia, quieras o no quieras”; y él vaya que si quiere.

            Todo se iniciaba cuando prácticamente un mes antes, la noticia ya circulaba por Munera y su provincia. José María Arenas García iba a tomar la alternativa en su pueblo, junto a dos figuras del toreo y con una ganadería de reconocido prestigio. Y todo ello llegó a buen puerto, gracias al propio torero que ha pasado todo el invierno entrenando duro para llegar a este día en plenitud de facultades. Gracias también a un pequeño grupo de personas pero gran equipo humano y profesional que ayuda y cree en nuestro torero. Gracias a la empresa organizadora del festejo que con gran profesionalidad hizo de ese día algo grande. Gracias a la Asociación Cultural Taurina José María Arenas, por el apoyo a nuestro torero desde sus inicios de becerrista y posteriores años de novillero y en especial por el duro trabajo realizado para habilitar y acondicionar la plaza de toros, que quedó preciosa, no podía ser menos en ese día tan señalado. Gracias al Ayuntamiento de Munera por su colaboración y apoyo. Y como no, gracias a todo el pueblo de Munera que se volcó llenando la plaza y vistieron de colorido y afición nuestra querida pieza arquitectónica.

       Las cinco y media de la tarde era la hora anunciada para que diera comienzo un acontecimiento que ya ha entrado en la historia de esta villa, pero desde mucho antes se podía apreciar la expectación levantada. Junto a José María esa tarde iban hacer el paseíllo en el coso munereño Francisco Rivera Ordóñez “Paquirri” y David Fandila “El Fandi”. Se lidiaría un encierro de Zalduendo, ganadería propiedad de Fernando Domecq Solís, que a la postre resultaría desigual de presentación, escaso de fuerza, pero con mucha nobleza.

            De blanco y oro, como denota la pureza taurina, hacía su aparición en el albero munerense el joven toricantano. Flanqueado a izquierda y derecha como marcan los cánones de la tauromaquia por “Paquirri” vestido de sangre de toro y oro y por “El Fandi” de azul marino y oro. Tras el paseíllo de rigor la Asociación Cultural Taurina José María Arenas no quiso dejar pasar la oportunidad de reconocer y agradecer su labor a los tres toreros y al alcalde de la localidad, haciendo entrega de unas estatuillas a cada uno de ellos.

            En una tarde soleada pero con mucho viento, herrado con el número 163 y de nombre Tramposo, saltaba al ruedo el primer astado de la tarde y el que iba a ser el toro de la alternativa. Contradiciendo al nombre de su oponente José María iniciaba sus primeros lances con toda la verdad por delante, y demostrando que no ha llegado hasta aquí para conformarse con esto, quiere ser figura del toreo. Se mostró variado en todas las suertes, con el capote realizó un ajustadísimo quite por gaoneras, mientras que en banderillas demostró poderío y frescura delante de la cara del toro. Con la muleta apostó desde el principio, iniciando su faena con unos emocionantes pases cambiados en el centro del anillo. Toreó bien en redondo a un animal que no era nada fácil, muy dispuesto intento ligarlo a pesar de que el toro tenía una embestida rebrincada. El toro se vino abajo pronto, por el pitón izquierdo se quedaba más corto y José María apenas pudo desplegar su toreo al natural. Ejecutó con mucho acierto el cartucho de pescao por el pitón derecho, y una gran serie de circulares. Remató la faena del primero de su lote con unas preciosas manoletinas. Mató de media estocada muy efectiva que le valió para que el toro doblase, y desde el palco presidencial se le concedieran las dos orejas.

            El segundo de su lote, era un bonito ejemplar burraco pero que al igual que sus hermanos le faltó fuerza, aunque tuvo mucha nobleza y en la muleta repitió. De igual manera que en su primer toro José María anduvo muy variado en todas las suertes de la lidia. Efectuó un quite por lopecinas. En banderillas llegó a poner cuatro pares, a petición del respetable, con mucha solvencia y midiendo muy bien las condiciones del astado. La faena de muleta la inició de rodillas en el tercio. Destacó en una tanda por el pitón derecho que ligó y templó muy bien acoplándose a la embestida del toro, prácticamente a cámara lenta debido a la falta de fuerza del animal. Volvió a matar de media estocada muy efectiva que fue suficiente para que el toro doblase, dos orejas y rabo fue el premio a su actuación.

            Francisco Rivera Ordóñez “Paquirri” cumplió dignamente con la tarde. Ejerció de padrino de alternativa con la profesionalidad requerida. En su condición de torero populista llego fácilmente a los tendidos en especial al público femenino. Tras dos faenas sin apenas nada especial que reseñar, en su primero banderilleó con entrega, muleteó con templanza y anduvo bien con los aceros asegurándose la puerta grande con dos orejas. En el segundo de su lote abrevió con buen criterio al lastimarse el toro el cuerno izquierdo por la cepa, recogió una ovación desde el tercio.

            David Fandila “El Fandi” volvió a demostrar su espectacularidad tanto con el capote como fundamentalmente con las banderillas. El primero de su lote fue el toro de peor presentación de la corrida, muy flojo durante toda la lidia el torero tuvo que cuidarlo mucho. Mató bien y le permitió conseguir dos orejas. El quinto de la tarde fue el mejor ejemplar del encierro, justito de fuerza como sus hermanos pero con mucha nobleza y constancia permitió al torero hacer una buena faena que rubricó con una buena estocada que le valieron las dos orejas.

            Tarde triunfal, de las que crean afición, en un día tan importante y en un momento tan difícil para la fiesta de los toros. Y en el recuerdo un joven alegre, simpático y buena persona que sobre todo es buen torero, porque ahora sí que es torero con todas las letras.

            Ánimo maestro y mucha suerte en tu carrera.


José María Arenas, consumado rehiletero, con las banderillas el día de su alternativa. / Foto: Verónica Domínguez

Toreando al natural. / Foto: Verónica Domínguez

             Tras la alternativa, José María torea su siguiente corrida el 6 de agosto en La Coruña, en la feria taurina de María Pita. En la crónica que escribió para el diario ABC, el prestigioso catedrático y crítico Andrés Amorós opinaba así:


           No siempre los carteles de relumbrón son los mejores. Sin primeras figuras, el de hoy tiene atractivos: un diestro maduro (César Jiménez); uno de los triunfadores de la temporada, vinculado, además, a esta tierra (Iván Fandiño) y una novedad interesante (José Mª Arenas). Los toros de Alcurrucén, serios, bien presentados, muy en la línea Núñez, propician una tarde notable: tienen la emoción –y los problemas– de la casta.

            Veo por primera vez al albaceteño José María Arenas, que tomó la alternativa en Munera, su pueblo, hace pocos meses. Me causa grata impresión: lancea con gusto, quita por faroles, reúne bien con los palos. Muletea firme, con suavidad y cadencia, pero el toro se para, desluce el trasteo. Se vuelca al matar pero lo atraviesa: la petición de oreja es insuficiente. No le duda al sexto, rebrincado y flojo. Quita por zapopinas, se luce en banderillas, muletea con variedad. Además de entrega, muestra buenas cualidades. Logra una gran estocada: dos orejas y salida en hombros. Habrá que verlo más veces.


            Unos días después de La Coruña, Briviesca, la localidad burgalesa en la que sin llegar a cortar trofeos José María fue premiado como protagonista de la mejor faena del serial de agosto. A pesar de los triunfos, esa temporada solo torea dos corridas más, en Honrubia (Cuenca) y Munera, en las que corta un total de 7 orejas y 2 rabos. Participa también en varios festivales, saliendo a hombros todas las tardes y obteniendo el indulto de un novillo de Samuel Flores en el celebrado en Povedilla (Albacete) con el que cierra la temporada.

               En resumen, en su primera temporada de matador de toros toma parte en 5 corridas de toros, cortando 13 orejas y 3 rabos, y en 4 festivales en los que obtiene 8 orejas y 3 rabos.

          El primer paseíllo de 2012 lo hace en Munera, el 7 de abril, cortando tres orejas. Después iniciaría la aventura americana viajando a Perú para torear dos corridas de toros en Cutervo.

            —La misma mañana que toreaba en Munera me enteré de que me habían hecho los contratos para torear en Perú dos corridas de toros en junio. Fui muy contento e ilusionado. Me acompañaron mi padre y Curro Álvarez. ¡Quién me iba a decir a mí que iba a llevar a mi padre a América para que viese torear a su hijo! Siempre estuvimos con muy buena gente y el trato con nosotros fue encantador. Después de torear las dos corridas, el famoso ganadero Roberto Puga nos invitó a su finca y estuvimos allí dos días tentando mañana y tarde. Fue una experiencia más en la vida.

            Tras la aventura americana José María sigue cortando algún trofeo en cuantas plazas interviene. Hay que resaltar las salidas hombros en La Roda, Villarrobledo, Motilla del Palancar, Melilla –plaza a la que vuelve después de sus triunfos como novillero– y Munera.

            El balance de esta temporada es de 10 corridas de toros, en las que corta 20 orejas y 1 rabo, y 3 festivales, con 6 orejas y 1 rabo.

           Para la temporada de 2013 se plantea el gran reto de confirmar la alternativa en la plaza Monumental de Las Ventas de Madrid. Pero ir a la primera plaza del mundo supone una gran responsabilidad para un torero y más aún si es su primer paseíllo como matador de toros en ese coso.

            —Fue un invierno de muchísima preparación, de muchísimo campo, de entrenar muy duro para estar bien preparado para ir a Madrid. Con muchos nervios pero muy mentalizado de que iba bien preparado.

           José María confirmó la alternativa el 5 de mayo de 2013, en la corrida previa al comienzo de San Isidro, apadrinado por Oliva Soto, con Esaú Fernández de testigo de la ceremonia. El toro que abrió plaza, de nombre Flautista, colorado, herrado con el número 13, con 552 kilos, pertenecía a ganadería de Carriquiri, al igual que el segundo de su lote (quinto en orden de lidia). Vistió de «sangre de toro» y oro. No tuvo suerte José María ese importante día y su labor fue silenciada.

            —Aunque el ganado no ayudó, ni a mí ni a mis compañeros, intenté hacer las cosas lo mejor posible y dar lo máximo de mí. No se me ha olvidado lo que mi apoderado Luis Álvarez me dijo antes de la corrida: «Cuando vuelvas al hotel que no te queden remordimientos de que habrías podido hacer algo más; tienes que darlo todo en la plaza; entonces dormirás tranquilo». Cuando después de la corrida me estaba duchando me acordé de lo que me había dicho Luis. Esa tarde di lo que pude; hice cuanto estaba en mi mano; lo que estuvo a mi alcance lo intenté hacer. Por circunstancias no fue posible el triunfo y las cosas no salieron como uno quería.

          En la mayoría de las informaciones publicadas por los distintos medios de comunicación pocas diferencias pudieron apreciarse en la valoración de la labor del torero. En el portal mundotoro.com, por ejemplo, tras afirmar que José María Arenas «trató de hacerlo todo pero se las vio con un lote de muy pocas opciones» se decía lo siguiente:


            José María Arenas confirmó alternativa con un toro bajo y hondo, muy bien hecho de Carriquiri. El toro, que recibió tres puyazos aunque sólo se emplease en uno, fue complicado en banderillas. En la muleta, fue deslucido por su tendencia a buscar querencia y su falta de celo. Arenas lo fijó en unos muletazos con la pierna flexionada y le dio espacio para aprovechar la inercia. Pero el toro no la tuvo. Tras un desarme por la derecha, pasó a la izquierda y casi resultó arrollado. Volvió a la derecha pero el toro fue muy deslucido. Tras estocada trasera, silencio. El quinto, de buena presentación, salió con muchos humos y derribó al picador Anderson Murillo. Exigió en banderillas, porque se arrancaba en corto y fuerte e inició el tercio de muleta con dos arrancas velocísimas. Arenas lo sacó entonces a los medios y ahí cambió totalmente: de suave a soso y de ahí, finalmente, a rajado. No le dio ninguna opción a Arenas, que lo intentó todo con él.


             En otro portal de información taurina, burladero.com, Rafa Navarro opinaba así:


            Abrió la tarde el confirmante José María Arenas con Flautista, un colorado de Carriquiri. Tuvo el peor lote de la tarde.

            Reconocer el valor y disposición de Arenas con las banderillas. El primero de la tarde se orientó pronto y se fijaba más en el torero que en la muleta. El de Carriquiri, sin posibilidades, y después de algún susto y desarme, Arenas decidió abreviar. Con el quinto, se vivió momentos de tensión cuando el toro derribó al caballo y quedó el picador, Anderson Murillo, debajo del caballo durante un largo minuto. Manseó el toro que salía con la cabeza arriba en cada muletazo. No tuvo suerte Arenas en una tarde que ha soñado muchas veces pero con diferente resultado.


             Finalizando el festejo José María acudió a la enfermería de la plaza para ser atendido de un pitonazo sufrido durante la faena de muleta al primer toro, afortunadamente con leves consecuencias; un percance que casi no se apreció desde los tendidos porque no llegó a derribar al torero. En el correspondiente parte médico firmado por el doctor Máximo García Padrós se informaba de una «contusión con hematoma en tercio inferior de muslo izquierdo. Pronóstico leve salvo complicaciones».

            —Me acuerdo perfectamente. Fue cuando cité de lejos al toro de mi confirmación con la mano izquierda y se me coló por dentro. Aunque no tuve cornada me produjo una contusión muy fuerte en el muslo izquierdo que mermó un poco mis facultades pero que no tiene importancia ni puede servir de escusa.

            Antes de la confirmación, José María había toreado una corrida de toros en Hellín; después de Madrid intervendría en otras dos corridas de toros, en Melilla y Munera, y en dos festivales. En resumen, la temporada de su presentación en Madrid se saldó con 4 corridas de toros, en las que cortó 4 orejas, y 2 festivales en los que obtuvo otros 4 apéndices.

            El año 2013 el número total de corridas de toros celebradas en España disminuyó en un 9,9% con respecto a la temporada anterior –ya el año anterior se había reducido en un 15,3%– lo que afectó claramente de manera negativa a la actividad profesional de muchos integrantes del escalafón de oro.

            No mejoraron los contratos en la temporada 2014 pues solo se viste de luces en la feria de Munera, en cuya centenaria plaza vuelve a triunfar cortando 3 orejas a los astados de Samuel Flores. Hay que añadir la participación ese año en 3 festivales (Albacete y las localidades provinciales de Casas Ibáñez y Robledo) con la obtención de 7 orejas. En 2015, tras tomar parte en cinco festivales, José María terminó la temporada con sendas corridas de toros en las ferias de Albacete, Munera y Carhua (Perú) y un festival en la localidad albaceteña de Robledo. En la temporada siguiente José María vuelve a tierras americanas para participar en el mes de agosto en tres corridas de toros celebradas en las plazas peruanas de Palca, Matara y Andagua, situadas a una altitud de unos tres mil metros o incluso superior.

            En septiembre de 2017 Arenas vuelve a hacer el paseíllo en la plaza de Munera y, al terminar esta temporada, decide hacer un paréntesis en su carrera taurina. Tras este parón, la grave situación ocasionada por la pandemia de COVID-19 supuso un enorme  obstáculo para una posible vuelta a los ruedos. El propio José María explicó así su decisión en 2022 en unas declaraciones recogidas por La Tribuna de Albacete:


            Esto está muy difícil y las cosas no iban saliendo como uno quiere en los últimos años de profesión. Es muy sacrificado, muy duro y hay que estar al cien por cien para torear y dedicarse en cuerpo y alma y por circunstancias de la vida, tuve que buscar las cosas para poder vivir, encontré a una gran mujer, me casé, tuve a la niña, lo más grande que tengo en el mundo y claro, uno tiene que sacar la casa para delante y monté mi negocio, por lo que tuve que dejar a un lado el toro, ya que antes era mañana, tarde y noche al toro. Decidí dedicarme a la familia y a la casa con mi negocio y lo fui dejando un poco de lado, además vino el Covid y todo se endureció mucho más.


             En el año 2022, cuando se acercaba la feria septembrina de Munera, un rumor fue extendiéndose entre la afición taurina local: José María había decidido reaparecer. En efecto, cuando se hicieron públicos los carteles el diestro munereño figuraba en la corrida anunciada para el día 24 de septiembre junto a los albaceteños Sergio Serrano y José Fernando Molina. Finalmente David Fandila «el Fandi» hubo de sustituir a Sergio Serrano. Así pues, después de cinco años alejado de los ruedos, José María Arenas volvía a enfundarse el traje de luces, y lo hacía en la plaza de su alternativa, en la plaza de su pueblo. La tarde resultó un éxito (el Fandi y José María cortaron tres orejas y Molina dos) y los tres diestros salieron a hombros de la plaza. De las páginas de La Tribuna de Albacete entresacamos algunos párrafos que reflejan los sentimientos del torero munereño: 


Yo me encontraba fuerte e ilusionado y me apetecía torear en mi pueblo, con mi gente y sobre todo, que mi hija me viera torear.

Fue un día especial, me hacía mucha ilusión y se dio todo muy bien en una tarde muy buena y el público acompañó con un casi lleno en la plaza y la corrida salió bastante buena para los tres toreros, aunque el lote de Molina fue el peor con diferencia, pero hubo gran disposición por parte de los tres y por supuesto por mí.

Quiero también dar las gracias a todos los que me han apoyado, Ayuntamiento de Munera, familia, amigos y compañeros.


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José María Arenas en corto 

           Como punto final de los artículos dedicados en este blog al matador de toros José María Arenas creo conveniente incluir los escritos de dos personas de su entorno más íntimo: su padre y su tío Alfonso. Los dos vivieron intensamente toda la carrera taurina de José María compartiendo alegrías y miedos y, desde esa cercanía física, familiar e íntima, estuvieron al lado del torero para todo lo que hiciera falta. Las palabras de Vicente y Alfonso, que corresponden a las aportaciones que en su día solicité a ambos para incluirlas en la obra Historia taurina de Munera, nos acercan a algunos aspectos más personales de José María Arenas al margen de los estrictamente profesionales.


José María Arenas con su padre y su tío Alfonso el día de la alternativa


Vicente Arenas de Lamo, padre de José María Arenas


            Todo empezó cuando tenía pocos años y ya toreaba las cabras del abuelo en el pueblo. Cuando llegaba la Feria el abuelo tenía por costumbre invitarnos a los toros, entonces empezó José María a tener cada día más interés.

            Un año en la Feria, en los toros, al terminar la corrida se bajó a ver como los desollaban y al momento llegó a casa de los abuelos con una cabeza de toro arrastrando por la calle, para que le sacase los cuernos para entrenar, que quería ser torero.

            Todo era darme la “murga” con que quería apuntarse a la escuela taurina de Albacete que es donde vivimos. Yo todo era decirle: «cuando me traigas las notas del colegio bien, hablaremos». Pero eso no ocurría, los estudios nunca han sido lo suyo.

            Salía del colegio y se iba a la plaza de toros de Albacete a ver como entrenaban, hasta que convenció a su madre para que lo apuntara y le dije: «ha sido lo peor que has hecho». Él cuando estaba apuntado empezó a tomárselo muy en serio. Pasado un tiempo me pasé por la plaza de toros y hablé con los maestros Sebastián Cortés y Antonio Rojas; ellos me dijeron que se le veía algo pero que tuviéramos claro que esto era muy duro y sacrificado.

            Se pasa tiempo y llega su primera clase práctica, sus abuelos le compran el traje de corto, todo era un sueño e iba saliendo bien. Llegaron las  primeras novilladas, cada vez había más interés, la familia apoyándole y mucha gente del pueblo también, pero cuando debuta con caballos fue algo mucho más serio. Ahí comencé a darme cuenta dónde nos habíamos metido. Deseando que torease pero a la vez con mucho más miedo.

            Toreando en Francia una novillada me di cuenta de que lo que le echaron eran toros, que yo no podía ni verlos; todo salió bien afortunadamente. Así novillada tras novillada en muchos pueblos. La verdad es que fueron dos o tres temporadas muy buenas, de muchas novilladas con triunfos, pero al final uno nunca se acostumbra, el miedo se mete en el cuerpo y no hay quien lo saque.

            Llegó el día de la alternativa en Munera, un día muy especial para nosotros, para toda la familia, por los abuelos y por la gente del pueblo que tanto lo ha apoyado y sigue apoyando. Esa tarde estaba muy orgulloso, pero por dentro me dije que por qué no había elegido otro oficio, porque la responsabilidad cada día era mayor y cada día yo sigo teniendo más miedo.

            Luego la confirmación en  Madrid; muy orgullosos, como padres, de ver a nuestro hijo José María en Las Ventas como matador de toros, con su hermano Antonio de mozo de espadas, en fin..., sin palabras.

           Después de la confirmación vienen las corridas, no muchas por desgracia, pero ahí estamos apoyándole en todo lo que podemos como padres, y el miedo sigue siendo el mismo o mayor que cuando era un chiquillo y mataba becerros.

            Hace unos años le salen unas corridas en Perú. Allí me fui con José María, aunque él no quería porque estaba muy lejos; por eso como padre me fui. Fue una gran experiencia, aquello me recordaba cuando yo era pequeño e iba a los toros con mi abuelo, porque las plazas se llenaban todas las tardes de la gente que iba a los toros y venía de las aldeas.

            Cuando escribo estas palabras José María está de nuevo en Perú. Esta vez se ha ido para un mes y se ha ido solo, y no se puede describir con palabras, estar en casa sabiendo que en la otra parte del planeta se está jugando la vida y no poder estar viéndolo. Hasta que suena el teléfono y hablas con él y ves que todo ha ido bien estás “en vilo”.

            En resumen, tener un hijo torero es muy bonito, pero también es muy, pero que muy duro para unos padres.

            Quiero agradecer a todas las personas –no nombro a ninguna para no dejarme a nadie– que han ayudado y apoyado a José María en su sueño y que siempre están ahí.

              De corazón muchas gracias a todos.



Alfonso Martínez Parreño, tío y persona muy vinculada a la carrera taurina de José María

 

            Felicitar al autor Graciano Jiménez por la edición de este libro, que como continuación del primero, va a dejar por escrito de por vida la historia de nuestra plaza de toros, que para la gran mayoría de munereños y aficionados en particular, ha sido un referente en nuestras vidas. Este libro ayudará a que dicha historia quede siempre en nuestro recuerdo y en el de futuras generaciones. Enhorabuena y gracias por hacerlo posible Graciano.

            El motivo por el cual participo con estas palabras en este libro, es porque Graciano me pide, al igual que a otras personas, que como tío y como persona muy vinculada a José María Arenas, que colaboremos y participemos, sobre todo en esta parte del libro, donde coincide con la irrupción de José María como torero ocupando una etapa dentro de la historia de la plaza de toros de Munera.

            En primer lugar y como reflexión, decir que como tantas otras cosas  que con el paso del tiempo se valoran mucho más, cuando dentro de veinticinco o treinta años se lea este libro y se mire hacia atrás, entonces se valorará realmente lo que José María Arenas ha conseguido y ha hecho en el mundo del toreo y lo importante que será para la historia de nuestro pueblo y en especial para nuestra plaza de toros y aficionados.

            Debe de ser un orgullo para todos nosotros ver como José María ha llevado el nombre de nuestro pueblo de Munera a tantos y tantos sitios, sintiéndose siempre orgulloso de haberlo hecho. Hemos visto cómo ha evolucionado tanto como persona, como torero, desde que empezó como un becerrista local, y pensábamos que solo era cosa de la edad y que sería pasajero, como tantos otros paisanos que lo han intentado, hasta llegar a verlo en la plaza de nuestro pueblo tomando la alternativa de mano de dos figuras del toreo o incluso dos años después, ya como matador de toros, en la Plaza más importante del mundo, Las Ventas en Madrid.

            Insisto, hoy no somos conscientes lo que este chaval de Munera ha hecho y está haciendo, el tiempo se encargará de darle el valor que tiene.

            Para mí, hablar de José María Arenas es una mezcla de sentimientos, porque lo puedo hacer como tío, como amigo, como compañero, como colega, como consejero y hasta diría, sin tener conocimiento en tauromaquia, incluso a veces como representante o apoderado.

            Todos los momentos vividos con José María han sido especiales para mí, desde su etapa de novillero sin caballos, cuando él era un crío que soñaba ser torero, rodeado de personas mayores que él, viendo como se tenía que codear con los avatares del mundo del toro y que sobre todo en los inicios, los más allegados a él, siempre le hemos acompañado para arroparle y protegerle, porque como he dicho antes era sólo un crío y bien necesario era , que él tuviera cerca a personas de mucha confianza.

            Momentos inolvidables los pasados con él, momentos de disfrutar, de pasarlo bien, de sufrir, de pasar miedo, sí, digo miedo, miedo a que no salgan las cosas como uno quiere. Los que hemos estado muy cerca de José María, sabemos lo que se sufre, antes, durante y después de torear, porque no es lo mismo ir a disfrutar de una tarde de toros como aficionado, que estar viviendo los toros desde la otra parte, la del torero, cuando sabes que se está jugando la vida delante de tus narices, a la vez que se está jugando en una línea muy fina, el éxito o el fracaso.

            Todo esto lo sabemos unos pocos, los que lo hemos vivido muy de cerca y desde dentro, que le pregunten  a su padres Vicente y Antonia que lo saben bien, a su hermana Gema, a su hermano Antonio, que además de hermano es su mozo de espadas, que le pregunten a Eugenio “El Jaro”, que también sabe de lo que hablo, a toda la familia, a los amigos más cercanos y a todos los miembros de la Peña José María Arenas que nunca han fallado desde el día que empezó.

            Quiero hacer mención especial a dos personas muy queridas por todos y en especial por José María, el primero es José Ramírez  “El Champi”, el cual, además de ayudarle en todo lo que fue necesario, también fue Presidente de la Asociación Cultural José María Arenas de Munera y que desgraciadamente nos dejó de forma inesperada en Enero del 2013. La otra persona a la que me refiero es al abuelo Juan Antonio, al cual, José María le tenía una cariño muy especial y quería con locura, porque siendo un crío ya se lo llevaba a los toros. Su sueño era ver a su nieto torero y hasta sus últimos meses de vida, mientras la salud se lo permitió, viajó allá donde hubiera que ir, por ver a su nieto torear, eso sí siempre exigiéndole al nieto lo máximo y apretándole para mejorar constantemente. Lástima que aunque aún vivía, no pudo ver con sus ojos su gran sueño, ver tomar la alternativa a José María en Munera, estaba luchando entre la vida y la muerte, la cual tuvo lugar un año después en Junio 2012.

            Cuando detecté que lo de José María podría ir en serio y que el chaval becerrista, progresaba a pasos agigantados y que ya se proyectaba para dar el salto a novillero con caballos, me volqué en ayudarle en todo lo que estaba a mi alcance, buscando, sin ningún interés y sin esperar nada a cambio, lo mejor para él como persona y como torero. A través de muy buenos amigos míos como Emilio Morales y algún otro que no es necesario nombrar aquí, pero que él sí sabe de quién estoy hablando.

            Con la ayuda de estos buenos amigos, hemos intentado que José María tuviera alrededor siempre profesionales serios del mundo del toreo, que poco a poco, junto al gran esfuerzo y buen hacer de José María, se fue haciendo realidad el sueño hasta convertirse en matador de toros.

            A estos amigos tan especiales, les quiero agradecer de todo corazón todo su esfuerzo y su gran ayuda, ya que sin ellos, seguro hubiera sido mucho más difícil o quien sabe, casi imposible. Al final los amigos de verdad, que ayudan sin interés, siempre están y estarán, hay muchos otros, que aparecen en los momentos dulces pero que desaparecen en los difíciles.

            En un mundo tan complejo y cerrado como es el de los toros, donde te encuentras con muchas personas que saben de esto mucho más que nosotros, te llevas muchas sorpresas y decepciones, donde ves como personas te dan la espalda cuando más lo necesitas y donde a veces sabes que te “están meando encima”, y tienes que decir “que lluvia más plácida está cayendo” , te callas y miras para otro lado con el fin de ayudar al torero, pensando en el futuro, porque si dices en ese momento lo que piensas, todo se derrumba.

            Siempre he intentado e intento defender los intereses de José María, como torero y como persona y si he tenido que poner la cara, por no desgastar la suya, lo hemos hecho.

            Intento aportar y dar todo lo que he podido a José María porque también he recibido mucho de él, al margen del torero, José María es una persona tan íntegra y entera que es imposible no ponerte a su lado y arrimar el hombro en lo que haga falta, los que de verdad conocemos a José María, sabemos que es así.

            Entre José María y yo hay una conexión especial que solo él y yo conocemos, es una relación de confianza mutua, de pleno entendimiento, de conocernos tan bien que basta una mirada o gesto para saber lo que queremos decirnos, una relación sin secretos, de no fallarnos el uno al otro. Hay muchas cosas que solo conocemos los dos, que dudo que algún día sean escritas o contadas porque así lo queremos los dos, porque solo tiene un valor especial para nosotros.

            He recibido mucho de José María, gracias a él, he conocido a mucha gente relacionada con el mundo del toro, acompañándole en tentaderos en el campo, compartiendo mesa con su cuadrilla, con matadores de toros, ganaderos, empresarios, viviendo desde dentro antes, durante y después de las corridas .

            Especiales son esos viajes en la furgoneta de cuadrillas, como también los momentos previos a torear, cuando Toni lo está vistiendo, sentir como se “corta con un cuchillo el silencio y la tensión”, o los minutos en el patio caballos previos al paseíllo, los momentos en el callejón, el regreso hacia el hotel, en definitiva, es una mezcla de sentimientos muy bonitos, pero a las vez tan tensos, que son difícil de describir si no lo vives desde dentro.

            Son muchas anécdotas las que se podrían contar, una muy singular, es el sorteo de las doce que se hace para determinar qué toros son los que le toca torear por la tarde. En dicho sorteo, José María, siempre quiere que sea yo el encargado de coger la bola con el lote, según él, mi mano es su talismán, porque al parecer casi siempre le he dado suerte. Como buen torero, sería raro que no tuviera alguna superstición.

            Para terminar, como he mencionado antes, muchos han sido y son los momentos vividos junto a José María Arenas, pero quiero mencionar dos que han sido muy especiales de verdad para mí.

            Uno fue la alternativa, desde que se empezó a gestar meses antes, el entrenamiento, la preparación física y mental de José María, el vestido de luces elegido para la ocasión, hasta el día en que fue una realidad el Domingo de Ramos, 17 de Abril de 2011, saliendo a hombros junto a Paquirri y El Fandi.

            El otro momento que tengo inmortalizado en mi memoria, fue el día de la confirmación el 5 de Mayo de 2013, ver a José María, ya como matador de toros, en la plaza de Las Ventas de Madrid, un hito que no está al alcance de muchos. Esa tarde aún se hizo más especial si cabe, cuando José María me brindó el toro de su confirmación en Madrid.

            Estos momentos, solo José María y yo, sabemos lo que significan para nosotros y ahí quedarán de por vida en nuestros corazones.

            Muchas gracias José María, ahora que el tiempo se encargue de dar el valor que tiene todo lo que ya has hecho.

 




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