Toreros de Munera (VIII): Valentín Arenas, un subalterno de lujo
Graciano Jiménez Moreno
(Extraído de la obra Historia Taurina de Munera, del mismo autor)
El torero munereño Valentín Arenas ocupa sin duda uno de los lugares más destacados en la historia taurina de Munera. En los más de veinticinco años que ha venido ejerciendo su labor de banderillero ha hecho el paseíllo en más de un millar de ocasiones y ha pisado innumerables plazas de toros españolas y extranjeras acompañando a numerosos espadas y figuras del toreo.
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Valentín Arenas en la plaza de toros de la Maestranza de Sevilla |
—Le pedí a Fornés que me pusiera en la novillada, pero como ya estaba cerrado el cartel me dijo que si quería saltar de espontáneo él se encargaría de que los guardias civiles me trataran bien. Salté al primer novillo, que le correspondía a Joaquín de Faura, y después de darle unos muletazos me cogieron pero me permitieron seguir en el callejón. Cuando otro espada, El Fortunero, no quiso matar su novillo se acercó Marcial, el mozo de espadas munereño, para darme una muleta y un estoque y así pude salir a matarlo. Al terminar el festejo, los guardias me acompañaron hasta mi casa para coger el carné de identidad y me llevaron al cuartel. Además de quitarme el carné de aspirante me pusieron una multa de 500 pesetas, aunque Fornés me dio el dinero para pagarla.
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Acuerdo del gobernador civil de Albacete por el que se multa e inhabilita al espontáneo Valentín Arenas |
—Al no ser novillero con caballos,
para hacerme banderillero tuve que ir como aspirante o «de más» y poner
banderillas en varias novilladas con picadores; entonces los profesionales me
firmaban unos papeles que me había enviado
Como aspirante se vistió por primera vez de plata en una novillada picada en Gandía. Ya domiciliado en Valencia, toreó su primer festejo como banderillero profesional en la localidad jienense de Pegalajar el 6 de mayo de 1990. Aquel día, vestido de azul y plata, formó parte de la cuadrilla del entonces novillero sin caballos Joselito Rus.
El 12 de octubre del año siguiente
torea su primera corrida de toros, en Calanda (Teruel), actuando a las órdenes
del valenciano Antonio Ruiz «Soro II». En los primeros años actuó suelto con
novilleros como Rafael Valencia, Ángel de
Aunque Valentín había comenzado su labor de subalterno como banderillero lidiador, se coloca para toda la temporada de 1993 en la cuadrilla del aún novillero Manolo Carrión como banderillero tercero, encargándose por lo tanto de dar la puntilla al toro. Con este espada torea sesenta y seis novilladas esa campaña, ocho de ellas en suelo francés, y pisa por primera vez el ruedo madrileño de Las Ventas, en la novillada picada celebrada el 30 de abril. Ese mismo año acude a Munera acompañando a Carrión, pero la suspensión de la novillada a causa del mal tiempo impide que Valentín haga en esa ocasión el primer paseíllo en la plaza de su pueblo. En la temporada de 1994 acompaña al entonces novillero Víctor Puerto aunque respetando las fechas del matador de toros Manolo Carrión; también actúa a las órdenes de Pedrito de Portugal.
A su etapa con Víctor Puerto corresponde la crónica que con el título «Un barrabás» escribió Joaquín Vidal en el diario El País sobre la novillada celebrada en Las Ventas el 25 de septiembre de 1994. Algunos fragmentos de esa crónica se reproducen a continuación:
«Salió de tercer sobrero un barrabás y fue allí la guerra»... «Condenado a banderillas negras el barrabás, la batalla se recrudeció en el tercio de banderillas»... «mas al sentir el toro la mordedura de los arpones, pegó tres brincos bestiales y se arrancó como una locomotora desbocada al otro banderillero, Valentín Arenas, con el propósito evidente de atraparlo y despedazarlo allí mismo. Y ya lo tenía al alcance, ya le iba a meter el pitón por todo el fondillo, ya la plaza prorrumpía en un grito desgarrador, cuando el buen peón aceleró su desenfrenada carrera y pudo tomar de cabeza el olivo, sano y salvo. No había cronometradores para homologar la velocidad supersónica que alcanzó Arenas en el último tramo, y se les echó en falta, pues habrían certificado que acababa de batir la marca mundial de poner pies en polvorosa.»
Indica también Joaquín Vidal en su crónica que cuando Víctor Puerto acabó con el barrabás tuvo que salir al tercio acompañado de la cuadrilla para recibir conjuntamente la ovación de gala que les dedicó el público.
En 1995 ingresa en la cuadrilla de Vicente Ruiz «El Soro», aunque no llega a hacer el paseíllo con él por la obligada retirada de los ruedos del diestro valenciano al no recuperarse de la grave lesión de rodilla que arrastraba. Valentín entra entonces a formar parte de la cuadrilla del maestro José María Manzanares con el que permanecerá hasta la temporada de 1999; las dos primeras temporadas de manera exclusiva por estar su jefe encuadrado en el grupo especial y las tres siguientes –Manzanares solo torea festivales la temporada de 1997– compaginando también actuaciones a las órdenes de otros espadas. Acompañando a Manzanares el munereño pisa el ruedo de las plazas españolas y francesas más importantes: Madrid, Sevilla, Nimes, Bilbao, Barcelona, Pamplona, Valencia, Ronda, El Puerto de Santa María, Dax, Bayona, Salamanca, Albacete, etc. En total, cuarenta y cinco corridas en el año 1995, siete de ellas en Francia, y cincuenta y ocho en 1996. En las siguientes temporadas Valentín hace el paseíllo, siempre respetando la colocación con José María Manzanares como ya se ha dicho, con otros matadores como Julio Aparicio, el peruano Rafael Gastañeta, Miguel Abellán o Ruiz Manuel y con los novilleros Diego Urdiales, Juan Diego y Julián López «El Juli», entre otros.
—En el tercer toro empezó a llover con fuerza y hubo hasta truenos y relámpagos. Pensaba que se iba a suspender la corrida pero cuando me di cuenta Manzanares estaba pidiendo la salida de su segundo toro, cuarto de la tarde, a pesar de la lluvia torrencial. El ruedo se convirtió en una piscina. Al abrir la puerta para que salieran a la plaza los picadores el toro se arrancó hacia ellos por lo que tuve que intervenir. Le di varios capotazos pero finalmente resbalé y el toro me cogió aparatosamente. Cada vez que intentaban llevarme a la enfermería se arrancaba el toro y tenían que soltarme por lo que me cogió varias veces. Después de todo tuve suerte porque podía haber sido mucho peor.
Valentín fue asistido en la enfermería de la plaza por el equipo del prestigioso cirujano Jean-Michel Gouffrant de una herida en el escroto y contusión de la arteria femoral superficial derecha y del cayado de la safena interna derecha, afortunadamente sin lesión intraarterial, y con pronóstico reservado. Fue ingresado después en la clínica Paulmy donde permaneció cuatro días aunque tuvo que esperar algunos más para poder reaparecer. El percance solo le hizo perder la novillada que iba a torear el día 16 en Olivenza a las órdenes de El Juli.
A finales del año 1999 Valentín tuvo ocasión de participar, vestido de luces, en el rodaje de la película Maestros, un largometraje dirigido por Óscar del Caz y protagonizado por Manuel Alexandre, Álvaro de Luna, Jesús Guzmán, Tomás Zori y Conrado San Martín. Valentín intervino junto a otros toreros como José Copete, Antonio Soria, Antonio Puchol o José Luis Miñarro en algunas de las escenas que se rodaron en la plaza de toros de Valencia.
En 2005 se incorpora a la cuadrilla
del matador de toros albaceteño Antón Cortés, a cuyas órdenes torea el 8 de
junio de ese año
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El rey Don Juan Carlos saludando a Valentín Arenas en la plaza de toros de Las Ventas con motivo de la corrida de Beneficencia celebrada el 8 de junio de 2005 |
En 2009 se coloca con el munereño José María Arenas, quien continuaba destacando en el escalafón de novilleros con picadores. Durante esa temporada Valentín torea también con los matadores Israel Lancho, Eduardo Gallo, Tomás Sánchez y Pedro Marín, entre otros. En los años siguientes sigue a las órdenes de José María Arenas y, respetando sus fechas, torea con Pedro Marín, Sergio Ferrer, Tomás Sánchez, Pascual Javier, Román, Sergio Cerezos, Zotoluco o Jorge Expósito.
Después de más de veinticinco años de profesión, Valentín se despidió como banderillero el 24 de septiembre de 2015 en Munera. Aunque podía haber dicho adiós en una plaza de toros de primera categoría como la de Valencia, Valentín quiso hacer su último paseíllo vestido de luces en el centenario coso de su pueblo y despedirse ante sus paisanos actuando a las órdenes del matador de toros munereño José María Arenas. Todo estaba preparado para que el torero pudiera disfrutar en su despedida -anunciada en los carteles del festejo- de un día inolvidable. Además de algunas sorpresas guardadas para la ceremonia del corte de coleta, la peña taurina de José María Arenas había previsto otros actos para después del festejo. Lamentablemente la tarde de fiesta se truncó cuando Valentín resultó cogido por el primer toro del lote correspondiente a los munereños infringiéndole la cornada más grave de su larga carrera taurina. José María había querido compartir con su banderillero el tercio de banderillas y le ofreció el primer par a Valentín. El toro de los Eulogios, manso y con querencia a tablas, esperó al buen subalterno, quien en vez de pasar en falso o aliviarse dejando un solo palo, como aconsejaban las condiciones del toro, dejó en todo lo alto los dos rehiletes en un gesto torero de valentía y profesionalidad que le costó ser prendido de manera espeluznante. El destino quiso que en el día de sus despedida Valentín no abandonara la plaza de toros de su pueblo a hombros. No hubo ceremonia de corte de coleta, ni aplausos, ni ramos de flores... Salió, eso sí, en brazos de sus compañeros, pero con el vestido azul y plata perforado por el pitón y dejando un reguero de sangre en el ruedo. Fue el banderillero valenciano Sergio Pérez, que había viajado hasta Munera para presenciar el festejo, quien ayudó a su amigo Valentín a quitarse el «añadido» o castañeta en la camilla de la UVI móvil donde estaba siendo operado. En su última tarde vestido de luces Valentín sufrió la cogida más grave de su carrera, que precisó de dos intervenciones quirúrgicas y una lenta recuperación. Se ponía así punto final a una trayectoria taurina marcada por una reconocida profesionalidad y con muchos momentos importantes en el recuerdo; cabe indicar como ejemplo que para corresponder a los aplausos del público Valentín se ha desmonterado en plazas tan importantes como Madrid, Sevilla, Valencia o Zaragoza.
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La grave cogida de Valentía Arenas el día de su despedida / Foto: Alcolea |
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Valentín Arenas con el matador José María Arenas, a cuyas órdenes toreó los últimos siete años de su carrera profesional (Munera, 24 de septiembre de 2015) / Foto: Alcolea |
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Cartel de la corrida de toros en la que Valentín Arenas se despidió como banderillero el 24 de septiembre de 2015, precisamente en su localidad natal, y que anunciaba esa circunstancia |
La extensa e importante carrera profesional de Valentín Arenas como banderillero queda reflejada, a modo de resumen, en los siguientes datos correspondientes a la actividad desarrollada desde sus comienzos en 1990 hasta su retirada en 2015.
Número total de festejos como banderillero: 1119
Festejos en plazas de primera categoría en España: 195
- Valencia: 111
- Madrid: 40
- Sevilla: 11
- Zaragoza: 9
- Barcelona: 6
- Córdoba: 6
- Bilbao: 4
- Pamplona: 3
- Málaga: 3
- San Sebastián: 2
Festejos en plazas de primera categoría en Francia: 33
- Nimes: 10
- Dax: 7
- Bayona: 6
- Béziers: 4
- Arlés: 3
- Mont-de-Marsan: 3
Festejos en otras plazas extranjeras:
- Moita (Portugal).
- San Francisco (Estados Unidos).
Queda, pues, en la historia taurina de Munera la brillantísima carrera de este banderillero munereño que guarda como una de sus mayores satisfacciones el respeto y el cariño que, tanto en el ámbito profesional como en el personal, le ha demostrado la gente del toro a lo largo de toda su carrera.
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