Toreros de Munera (I). Los primeros toreros munerenses

Graciano Jiménez Moreno

(Datos extraídos de la obra HISTORIA TAURINA DE MUNERA, del mismo autor)

            A lo largo de la historia taurina de Munera han sido muchos los munereños que, llevados por su afición, quisieron probar sus aptitudes para el arte de Cúchares, unos por diversión, con la única meta de la satisfacción personal, y otros que en algún momento pudieron soñar con alcanzar la gloria en tan compleja profesión.

           La afición taurina de los munereños se remonta, como en gran parte de los pueblos de España, varios siglos atrás. Mediado el siglo XVIII se estableció en un bosquejo del programa de fiestas que se celebrasen dos festejos taurinos; cabe suponer que tal decisión del Concejo fue motivada por la existencia de alguna tradición taurina anterior aunque no se conoce la existencia de documentación al respecto. Aquellas fiestas de toros, de marcado carácter popular, se celebraban en la plaza principal del pueblo con la participación de los aficionados.

Hasta la construcción de la plaza de toros en 1913 los festejos taurinos se celebraban en la plaza principal de Munera acondicionada con carros y galeras.

            La inauguración de la plaza de toros en 1913, construida por la familia Fornés, dio paso a festejos más formales con la celebración de corridas de novillos (sin picadores hasta 1920), de festivales con la actuación de importantes figuras del toreo y de corridas de toros (la primera se celebró en 1961), lo que sin duda ayudó a fomentar la afición de los munereños a la fiesta de los toros y a animar a algunos de ellos a probar sus capacidades para dedicarse a tan difícil arte.

            En la nueva plaza de toros continuaron participando los aficionados locales en algunos festejos populares, como el que tuvo lugar el 24 de junio de 1921, festividad de San Juan, a beneficio de los pobres de la localidad. En las cuadrillas de aficionados locales que actuaron ese día figuraban como espadas Enrique Fornés Arenas, Nicolás Blázquez Aguado y Mariano Aguado Beltrán.

Cartel del festejo celebrado el 24 de junio de 1921 con actuación de aficionados munereños.

            Por aquellos años, algún munereño llegó a participar como complemento en corridas más formales. Así ocurrió en la novillada con picadores del 23 de septiembre de 1924. Esa tarde, además de los toreros anunciados, Manolo Martínez (conocido como el Tigre de Ruzafa) y José Izquierdo Iglesias, intervino en la lidia y muerte de un becerro el local Cesar Játiva Cortijo. Curiosamente, se dio la circunstancia de que el diestro valenciano Manolo Martínez, que también había hecho el paseíllo en Munera en la novillada del día anterior, ya ostentaba la condición de matador de toros por haber tomado la alternativa en Madrid pocas horas antes, el día 21 de ese mismo mes.

            El corresponsal del diario Defensor de Albacete reflejaba así la actuación del torero munereño en la crónica de los festejos taurinos de la feria de aquel año:

Finalmente el torero excéntrico de esta localidad César Cortijo, toreó con gracia y mató admirablemente un novillejo, lo que hizo las delicias del respetable.

             El año siguiente César Játiva volvió a participar en las becerradas de la feria acompañado en los carteles por Juan Antonio Martínez Templaíto, Ambrosio Hernández Munerita y Enrique Hernández Facultades. El popular Cortijo llegaría a actuar más veces en becerradas celebradas en la plaza de toros de Munera con su toreo entre excéntrico y cómico. El también aficionado Enrique Hernández Facultades compartiría cartel con Cortijo en alguna de estas ocasiones, como en la becerrada del año 1934. Enrique era hermano de Inocente, ambos fueron peluqueros, y este último también participó en varias becerradas en Munera con el apodo Facultades, llegando incluso a intervenir como sobresaliente en un festival celebrado en la feria de 1939 en el que toreó el famoso matador de toros Vicente Barrera. Inocente, más conocido en nuestra localidad como el Mataor,  siempre mantuvo con los clientes que acudían a su barbería animadas charlas sobre toros en las que con frecuencia recordaba, con gran entusiasmo y orgullo, su actuación como sobresaliente del gran torero valenciano.

Inocente Hernández conservó su gran pasión por el mundo de los toros toda su vida. En esta fotografía figura (segundo por la derecha, de paisano) junto a los toreros actuantes en la plaza de toros de Munera el 22 de septiembre de 1953. De izquierda a derecha, Rafael Guzmán, Antonio Aguado de Castro, Pedro Fornés (empresario), Gallito de Dos Hermanas, Mariano Gallardo, Mariano de la Viña, Inocente Hernández y Miguel Naharro "Miguelillo".

            El primer munereño que llegó a vestir el traje de luces, al menos el primero del que tengo constancia, fue Delfín Paños Paños, que se anunció en los carteles como Terremoto. Había nacido  el 16 de febrero de 1909 en Munera, en el seno de una acomodada familia de agricultores. Además de torear en otras localidades, Delfín Paños tomó parte como único espada en una corrida de tres novillos, en la plaza de Munera, el 25 de julio de 1932, festividad de Santiago Apóstol. También intervino esa tarde, aunque no estaba anunciado, el aficionado local Facultades. El diario Defensor de Albacete publicó la siguiente crónica del festejo, escrita por su corresponsal:

   Con gran animación se ha celebrado una novillada extraordinaria. Los buenos aficionados teníamos grandes deseos de volver a ver torear a nuestro paisano el valiente novillero Delfín Paños "Terremoto", después de su entrenamiento en tientas y de haber asistido un curso completo a la Escuela de Tauromaquia de Madrid.

    Se han lidiado tres novillos utreros de la ganadería de don Leonardo Flores, los que han resultado bravos. El encargado de estoquearlos, el bravo novillero "Terremoto", ha tenido una gran tarde toreando bien por chicuelinas, medias verónicas y gaoneras; a despachado a sus enemigos primero y tercero de dos magníficas estocadas premiándole el público con las orejas de los cornúpetas. En su segundo estuvo menos afortunado matándolo de dos pinchazos y media lagartijera.

   Nuestro también paisano "Facultades" se lució en vistosos lances de capa en el tercer novillo.

   Felicitamos a "Terremoto" y "Facultades" por la gran tarde que han tenido augurándoles muchos éxitos.

             En el cartel del festejo se hacía referencia a Delfín Paños como "novel diestro", pero los comentarios del corresponsal del periódico parecen indicar que ya se le había visto torear en alguna ocasión anterior en Munera. Probablemente Terremoto fuese el primer torero de Munera en intentar de manera seria abrirse camino en la profesión, pues así parece indicarlo su asistencia a la Escuela de Tauromaquia de Madrid.

            Delfín murió trágicamente el 21 de julio de 1936, recién comenzada la guerra civil, asesinado a tiros junto con su hermano Priscilio, de 18 años, en la carretera que une las poblaciones albaceteñas de La Roda y Barrax. Dejaba una hija póstuma a la que en recuerdo suyo pusieron el nombre de Delfina.

El munerense Delfín Paños 

Delfín Paños Terremoto, de luces, antes de hacer el paseíllo el 25 de julio de 1932 en la plaza de toros de Munera.


 

 

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