Toreros de Munera (II). Los años 50

Graciano Jiménez Moreno

            Pasada la guerra civil los aficionados munereños continuaron participando en las becerradas que se celebraban con carácter local, y que complementaban los festejos taurinos más serios. Resulta curioso que en una de estas becerradas, el 25 de septiembre de 1942, llegó a intervenir Pedro Fornés, quien posteriormente conseguiría dar gran realce a la plaza de toros de Munera como propietario y empresario del coso que su familia había mandado construir en 1913.

            En estos festejos populares era habitual la participación del ya mencionado Inocente Hernández, como así ocurrió también en la becerrada que tuvo lugar el 25 de julio de 1953, festividad de Santiago Apóstol. Para ese día se anunciaron cuatro ejemplares de la ganadería de Valeriano de la Viña, de Albacete, para los valientes aficionados Inocente Hernández Facultades, Antonio Martínez Botines, Miguel Blázquez Litri II y Plácido Moreno, acompañados por cuadrillas de aficionados locales. La tarde se vio deslucida por la lluvia y los toreros hicieron cuanto pudieron en un festejo que había suscitado una gran expectación.


            El poeta munerense Antonio Rosillo Játiva Aroja dedicó, con su especial gracejo, los siguientes versos a los matadores:


           Por otra parte, Santano Flores compuso el siguiente romance dedicado a Botines, del que mando imprimir 250 ejemplares:


            Miguel Blázquez, uno de los espadas de la becerrada del día de Santiago, decidió vestirse de luces en la plaza munereña en la feria septembrina de ese mismo año. En efecto, en el último festejo de la feria Miguel Litri hizo el paseíllo en la parte seria del espectáculo cómico-taurino-musical El Empastre. Posteriormente, Miguel y el también gran aficionado local Ramón Játiva se convertirían en inseparables colaboradores de Pedro Fornés hasta el fallecimiento de este. Litri, como aún se conoce a Miguel, también se ocupó durante todo ese tiempo del mantenimiento de la plaza y de ejecutar las reformas y mejoras que en la misma iba realizando el empresario y propietario de la plaza.

Miguel Litri en el patio de cuadrillas, el 23 de septiembre de 1953, acompañado de amigos y aficionados. De izquierda a derecha: Jesús Ramos, Enrique Rodríguez, Joaquín Atencia, Miguel Blázquez (de luces), Lucrecio Morcillo y José María Víllora.

 

Miguel Litri antes de iniciar el paseíllo en la plaza de Munera, acompañado, entre otros, los subalternos Valeriano de la Viña, Juan Alfaro Mancheguito y Pedro Sáez Tobarreño.

            En 1955 otro munereño hizo el paseíllo en el coso de su pueblo vestido de luces. Se trata de Juan Manuel Paños Jaén, quien se anunció el 23 de septiembre de ese año como sobresaliente en la parte seria del espectáculo cómico-taurino-musical Galas de Arte. Juan Manuel volvería a torear en Munera, ya como espada, el 20 de junio del año 1957 (festividad del Corpus Christi), en una novillada anunciada inicialmente para el 30 de mayo (festividad de la Ascensión del Señor) que hubo que aplazar. En ese festejo compartía cartel con los albacetenses Pepito Gallego y Baltasar Martínez Mancheguito. El munereño mató un novillo al que cortó las dos orejas. También estuvo anunciado en la feria de este mismo año, en la novillada del 22 de septiembre, pero finalmente no llegó a participar en ese festejo. Juan Manuel se había iniciado en la actividad taurina en un festejo celebrado el día 15 de mayo de 1952 en Alcadozo (Albacete). Tras sus pinitos como torero pronto dejó esta actividad pero conservó siempre su gran afición. A partir del año 1973 Juan Manuel ocupó la presidencia de la plaza de toros de Munera, cargo que ostentó hasta poco después de la muerte del propietario Pedro Fornés.

Juan Manuel Paños en su actuación del 23 de septiembre de 1955 en Munera.


            En la feria de Munera de 1957 mata su primer novillo otro torero munereño, Luciano Víllora, entonces anunciado como Niño de las Monjas.

            Luciano Víllora Ortiz nació en Munera el 30 de junio de 1938. Cuenta Luciano que la afición taurina le vino cuando vio torear en su pueblo a Emilio Redondo y a Cabañero y que, decidido a ser torero, se escapó de su casa antes de cumplir los 18 años camino de Andalucía. Como equipaje llevaba alguna ropa metida en una cuba de sardinas vacía que le había preparado a modo de maleta su vecino Miguel Martínez. En el tren que le llevaba a Sevilla el olor que desprendía su equipaje era insoportable y la ropa que en él llevaba no pudo ponérsela más. Volvió a su pueblo en 1957 con el escaso bagaje taurino de su periplo de maletilla y su intervención como espontáneo en un par de ocasiones. Después de intervenir como sobresaliente en una novillada celebrada en el mes de agosto en la plaza de Villarrobledo, debutó como espada en el mencionado festejo del 24 de septiembre de 1957, en Munera, anunciándose como «Niño de las Monjas».

            El apodo de Luciano venía a colación porque las dificultades de la vida de maletilla le habían obligado a buscar refugio durante varios meses en un convento de Sevilla en el que ayudaba a las monjas y oía varias misas diarias. En las siguientes novilladas dejó de anunciarse como «Niño de las Monjas» por recomendación de Pedro Fornés. Luciano volvió a torear en Munera en las ferias de los años 1958 y 1959.

            En el diario Pueblo se publicó una crónica del festejo celebrado el 24 de septiembre de 1958 en la que se resumía así la actuación del diestro munereño:

    Luciano Víllora, diestro de la localidad, estuvo muy valiente en su lote, luciéndose con la capa en ambos novillos, siendo muy ovacionado. Su faena al primero tuvo variedad y aguante y fue premiada con una oreja. En el segundo, tras de un buen trabajo con la muleta, valiente, confiado y artista, mató de una estocada y cortó las dos orejas.

            La feria taurina de Munera del año 1959 se cerró el 23 de septiembre con una novillada sin picadores y, en el cartel, un mano a mano entre dos toreros munereños: Luciano Víllora y Paquito Peinado, nueva promesa del toreo munerense del que se hablará más detenidamente en el siguiente capítulo. La labor de estos dos toreros en esa novillada quedó plasmada en siguiente crónica firmada por el corresponsal de la Voz de Albacete:

Con un lleno total, como pocas veces se ve, por el gran interés que había despertado el mano a mano que entre los diestros locales Luciano Víllora y Paquito Peinado, figuraba en el cartel de la segunda novillada de feria, dio comienzo la corrida.

Los diestros fueron recibidos con enormes muestras de simpatía. El ganado de don Daniel Ruiz, de Vianos, resultó bravo y de poder, mereciendo la unánime aprobación del público.

En primer lugar, actuó Luciano Víllora, que en sus dos toros está desconcertado y los despacha intercalando algún pase lucido. Mata a los dos de varios pinchazos y descabellos por lo que recibió pitos.

Paquito Peinado, hace en los dos suyos, grandes y magníficas faenas de capa y muleta, que el público muchas veces puesto en pie le premia con constantes aplausos de entusiasmo.

Al primero lo mata de una estocada, pinchazo y descabello, todo ello con música. Se le concedieron las dos orejas de su enemigo.

A su segundo lo despacha de una estocada que deja al toro muerto instantáneamente por lo que recibe las dos orejas, rabo y pata y fue sacado a hombros y paseado triunfalmente por el ferial.

Como se esperaba, fue una gran tarde de toros y un formidable éxito de esta joven promesa del toreo.

Como final, cabe destacar los elogios que ha recibido el empresario señor Fornés, que cada día da más muestras de su amor a la fiesta nacional, confeccionando buenos carteles tanto en toros como en toreros.

            Luciano Víllora llegó a actuar en bastantes plazas, siempre en festejos sin picadores, y se enroló en el espectáculo cómico-taurino-musical La Revoltosa con el que recorrió España durante un par de años. Su última intervención vestido de luces tuvo lugar el 19 de marzo de 1962 en Gandía (Valencia). Al dejar los toros se dedicó a actividades relacionadas con la construcción, regentó una discoteca y posteriormente un restaurante en la provincia de Alicante.


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